Ante un mundo imprevisible y cambiante cualquier futuro es posible. Ser proactivo se convierte en una obligación y anticiparse sólo es posible si tú diseñas tu propio camino. La adaptación es clave, hay que trabajar desde el presente estructurando la probabilidad de los riesgos y oportunidades futuras.

Cuando pensamos en el futuro normalmente lo visualizamos como una situación final a la que queremos llegar desde el momento presente. Entre medias, enumeramos un conjunto de pasos definidos que necesitamos alcanzar para llegar a esa situación final.

Plantear el futuro de esta forma tan predictiva nos puede llevar a situaciones que:

• Nos quedemos en algún paso intermedio y no lleguemos a alcanzar la situación final planteada
• Nos toma más tiempo de lo previsto realizar alguno de los pasos y como consecuencia los siguientes pierden el sentido tal y como se definieron.
• No nos adaptemos al contexto cambiante y cuando lleguemos a la situación final ya no tenga sentido.

La planificación estratégica no puede ser un plan a largo plazo, el largo plazo ya no existe, los cambios de paradigma y evolución de los mercados te pueden llevar al éxito o al cierre. Es por eso que la planificación estratégica se convierte en adaptación estratégica.

¿Cómo podemos plantear escenarios e imaginar futuros deseados?

Buscando un enfoque adaptativo. Cuando planteamos escenarios futuros nos estamos situando en contextos principalmente complejos con muchas variables e incertidumbre, donde los resultados se vuelven impredecibles. No sabemos con suficiente anticipación si una determinada solución va a funcionar. Además, lo que funcionó en un contexto podría no funcionar en otro.

Necesitamos un enfoque diferente que nos permita ir descubriendo las relaciones que existen entre los diferentes elementos del sistema en los que vamos a intervenir, y darnos cuenta de lo que sucede, buscando maximizar el grado de adaptación con el mínimo coste.

El camino a seguir es incierto, no lo conocemos. Aplicar un enfoque de experimentación nos permite descubrir los diferentes caminos que podemos recorrer para promover cambios que nos lleven a una adaptación sostenible en el tiempo y hacia ese horizonte de cambio.

Una aproximación para recorrer el camino

Partimos del contexto actual, el presente y el aspiracional al que queremos llegar, el horizonte de cambio.

Definimos cuales son los límites y el horizonte:

• Los límites son la lista de NOes, aquellas cosas que no podemos tocar o cambiar. Tienen que estar definidos de forma explícita.
• Horizonte describe la nueva situación a la que queremos llegar. Debemos definirlo revisando las tendencias y sopesando las opciones.

Ambos elementos nos sirven como información de entrada para los experimentos que realicemos.

Recorremos el camino apoyándonos en un enfoque empírico:

• Desde el presente podemos iniciar desde distintos puntos y realizar ciclos de experimentación. Nos podemos inspirar en métodos como el Ciclo de Deming o el ciclo de Lean Change Management para realizar los ciclos de experimentación.
• Realizamos ciclos cortos, iterando para descubrir los aciertos y fallos. Los aciertos confirman lo que queríamos conocer y los fallos nos dan la información de por dónde ir, realizando el cambio de dirección que necesitamos para volver a probar.
• El uso de métricas nos ayuda a tomar decisiones.
• Los experimentos tienen que ser pequeños para no causar daños irreversibles pero que nos permitan obtener aprendizajes.
• En el transcurso vamos evolucionando, aprendiendo y acercándonos al horizonte.

Durante el proceso tendremos en cuenta las lecciones aprendidas, sin preocuparnos excesivamente por el estado actual y lo que nos queda para llegar al horizonte. Nos permite avanzar sin buscar que todo esté absolutamente definido.

Los cambios introducidos son coherentes, y no tienen porque ser coordinados, aunque sí todos van hacía un mismo horizonte.

Aplicar este enfoque requiere de un cambio de mentalidad y hábitos en todas las personas, para que puedan trabajar en la incertidumbre y en el cambio constante.

Conclusiones

Podemos concluir que para construir tu camino::

• Un enfoque adaptativo funciona mejor que uno predictivo en el contexto VUCA actual.
• Los problemas complejos requieren de un enfoque experimental
• Gestionar el cambio permitiendo una adaptación sostenible en el tiempo
• Es clave controlar tu ritmo de adopción
• Un enfoque de fallo desde un entorno seguro. El fallo está permitido, se aprende del mismo y no se penaliza. Fallamos de forma consciente
• Hay que aprender a sentirnos cómodos con lo incómodo, surfeando el cambio, siendo más resilientes ante el cambio.
• Es necesario tomar decisiones a través de los datos.
• El camino para cada contexto es diferente, no existen ni recetas ni certezas. Tienes que buscar tu camino.